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El tratamiento médico en la explotación reproductiva

Con respecto a la #gestacionsubrogada hay que decir alto y claro que:

NO EXISTE NINGUNA CAUSA MÉDICA QUE JUSTIFIQUE SOMETER A LAS MUJERES A ESTOS TRATAMIENTOS de reproducción asistidas que no necesitan para ellas mismas.

El término tratamiento en Medicina se refiere al conjunto de medidas y estrategias que tienen como objetivo principal curar, aliviar o prevenir enfermedades, afecciones o síntomas en un paciente.

Pero estas mujeres están sanas, no tienen problemas de fertilidad, que sería el caso para el que estarían indicados los tratamientos que reciben, asumiendo unos riesgos que no le aportarán ningún beneficio para su salud.

La subrogación, como práctica médica, viola el principio bioético de la no maleficencia, que se refiere a la obligación de los profesionales de la salud de no causar daño a las y los pacientes y evitar cualquier tipo de acción que pueda causar un daño injustificado.

En múltiples sitios webs se describe los pasos del proceso médico de la subrogación, así como algunos de los riesgos asociados a esta práctica, pero siempre se enfatiza que la satisfacción que supone hacer realidad los sueños de una pareja que desea un bebé, supera con creces las «molestias» y riesgos que entraña la práctica. Tremendo.

Se les dice a las mujeres que el embarazo subrogado será igual que el resto de sus embarazos y las mujeres reciben escasa o nula información sobre el tratamiento, las diversas pruebas realizadas, los procedimientos, la tecnología, etc.

Las mujeres tienen que inyectarse hormonas en el vientre durante semanas, tomar antibióticos y medicamentos inmunodepresores para lograr el embarazo.

Posteriormente, se las somete a técnicas y pruebas invasivas como la transferencia de múltiples embriones para asegurarse que alguno sale adelante; reducciones fetales para deshacerse de los embriones sobrantes; pruebas de amniocentesis para descartar enfermedades genéticas y malformaciones en los fetos; abortos para deshacerse de los fetos defectuosos, o los que no son del sexo deseado.

Y todo esto ocurre en NUESTROS CUERPOS, NUESTRAS VIDAS.

Todo esto y más en mi libro «En el nombre del padre» de Serendipia Editorial

#StopVientresDeAlquiler

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